Leyendo el blog “Jiritsu”, encontramos una entrada de la que habla acerca
de la historia de los okinawenses en la zona de Kansai antes de la Segunda
Guerra Mundial (LA "OTRA" MIGRACIÓN OKINAWENSE: (A PROPÓSITO DEL 115 ANIVERSARIODE LA PRIMERA LLEGADA DE JAPONESES AL PERÚ EN LA MODALIDAD POR CONTRATO DETRABAJO – 5 de abril de 2014).
Aquí un extracto de esa entrada:
“Pero, no solo la
migración fue exclusivamente hacia el exterior; sino que también existió una
migración dentro del mismo Japón, de la zona rural a la urbana, en busca de
mejores oportunidades. Y esto fue lo que pasó con muchos okinawenses a inicios
del siglo XX, quienes llegaron a Osaka, una ciudad conocida por albergar a
muchas fábricas textiles, cuyos trabajadores- que mayormente eran mujeres- eran
okinawenses, coreanos y campesinos japoneses.
Y como la historia siempre
se repite, muchos habremos escuchado de la revolución industrial de inicios de
siglo en Europa y los abusos que se cometían con sus trabajadores. Pues, casi
lo mismo pasó con los trabajadores okinawenses, sobretodo entre las mujeres.
(Recordando que el jornal es/estaba condicionado por la edad y género, es
decir, resultaba más "económico" contratar a una mujer o, incluso,
niña).
…..
Condiciones infrahumanas,
largas jornadas de trabajo sin remuneración adicional e, incluso,
discriminación. Tantos abusos que se han cometido y que, incluso, podemos
escuchar en las noticias de nuestros días. Y esta "otra" inmigración
okinawense, ¿ya la conocían?”
Y es justamente esta “otra migración” que hizo que el karate se expandiera
por todo el mundo. Primero por todo el Japón, y luego al resto del mundo.
Hay dos historias, no muy comentadas,
referente al cómo el karate se hizo conocido fuera de su lugar de
origen. Una de ellas saldrá publicada en la revista digital kantod.com
próximamente. La otra es esta.
El karate se practica a través de diferentes estilos o escuelas. El karate
más difundido hoy en día es la escuela Shotokan, fundada por Gichin Funakoshi. Otra
de las escuelas difundida por todo el planeta es Uechi-ryu, fundado por Kanbun
Uechi. (Hay decenas de páginas web con la historia de Kanbun Uechi). Kanbun
Uechi nació en Izumi-Motobu en 1877, proveniente de una familia shizoku (samurái) quienes se dedicaban a
la agricultura. Durante la era Meiji, el gobierno japonés desintegra la clase
samurái, y muchas de estas familias empiezan con la agricultura. A los 20 años
deja Okinawa, y en Fukien (China)
perfecciona sus habilidades en artes marciales. Regresa a Okinawa en 1910, pero
en el año 1924 se vio obligado a seguir la “otra” migración. Kanbun Uechi fue a
trabajar a la fábrica textil Hinomaru Sangyo KK en Wakayama, prefectura vecina
a Osaka, dejando a su familia en Okinawa y hospedándose en los dormitorios (寮/ryou) de dicha empresa.
Tal como menciona Jiritsu, la vida en dichas fábricas era dura, no solo las largas horas de trabajo, sino también el trato que recibían dentro
de ella. Y fuera de ella también. Los okinawenses eran hostigados por grupos
mafiosos quienes constantemente los asaltaban. Uno de estos grupos fue
identificado como “waboudan” (1), aliados de los contratistas de
las fábricas textiles, quienes cobraban comisiones por cada trabajador. Los
okinawenses quienes conseguían entrar directamente a las fábricas, significaban
menos ingreso para ellos.
Los
uchinanchus tenían que salir en grupo para evitar los ataques, y algunos
jóvenes, en lugar de amilanarse, se enfrentaban, terminando en una verdadera
batalla campal. Aquí es donde empieza una de las leyendas urbanas sobre el
karate okinawense.
La
siguiente historia es la versión de un sensei de Uechi-ryu
quien sobrevivió la guerra en Okinawa. En una de las batallas campales, Kanbun
Uechi hizo frente a casi varias decenas de agresores quienes portaban palos y
cadenas. Kanbun Uechi, en vez de salir a un campo abierto tal y como se ven en
las películas de Kung-Fu, se ubicó en la oscura y estrecha entrada del
dormitorio (2), solo era posible ser atacado por una persona al frente, y otra
por detrás a la vez. El estilo Uechi-ryu es conocido por fortalecer el cuerpo
como una piedra, resistir los más severos golpes, siendo sus golpes de corto
alcance pero eficaces. Las cadenas y palos resultaron inservibles pues no había
suficiente espacio para usarlos efectivamente. Apenas un agresor entraba al
dormitorio, era derribado por un potente ataque de Kanbun. Mientras otros
agresores ingresaban por la parte posterior del dormitorio, Kanbun ya había
noqueado a unos cuantos. Los demás agresores nunca pudieron ver como sus
compañeros fueron derribados, por lo que optaron por retirarse. Kanbun Uechi se
había enfrentado a un gran número de agresores, y los había derrotado.
Esta historia se propagó por toda la zona, y los uchinanchus empezaron a
ser respetados. La asociación de uchinanchus pidió a Kanbun Uechi y Chomo
Motobu (hijo del fundador de Motobu-ryu, otro de los estilos/escuelas de karate,
quien también se encontraba en la prefectura de Wakayama gracias a la “otra”
migración) que negociaran con los maleantes, y les enseñaran karate. Los acosos
terminaron y Kanbun Uechi empezó a enseñar karate sólo a un reducido grupo dentro
del pequeño cuarto del ryou. La “Enciclopedia
de Karate y Kobudo Okinawense” cuenta que Ryuyuu Tomoyose, el primer alumno de
Kanbun Uechi, recolectó 150 yenes de 30 estudiantes que querían aprender karate
y pagaron por adelantado (en aquella época el sueldo de un profesor principiante
era de solo 35 yenes, la de un director de escuela era de 165 yenes, mientras
que una cena en un restaurante de lujo costaba un yen). Kanbun Uechi rechazó el
dinero, pero abrió la primera escuela de Uechi-ryu dentro de las instalaciones
de la fábrica textil.
Muchas gracias por leernos.
RR
(1)
La “Enciclopedia de Karate y Kobudo Okinawense” (沖縄空手古武道事典/Okinawa Karate-Kobudo jiten) se refiere al grupo “waboudan” como “和防団”, pero otras fuentes se refieren a “和紡団”. Personalmente, creo que se escribe como la segunda opción.
(2)
El sensei de Uechi-ryu me explicaría después que muchas de las técnicas
de karate han sido desarrolladas para pelear en la oscuridad, arrastrando los
pies sin hacer ruido. Era común que los ataques en la antigüedad eran por las
noches, y las superficies planas prácticamente no existían.