Dentro de las cosas que guardo con la esperanza de leerlo en algún
momento, encontré lo siguiente:
“Ya ha pasado más de una década con sus respectivos inviernos;
finalmente muchos hemos bajado el pie del acelerador, y el objetivo con el que
vinimos se ha ido diluyendo; para muchos la presión y el stress ha ido
desapareciendo, viviendo más tranquilos. Lamentablemente, hay muchos que
piensan que ya no es necesario enseñar a nuestros hijos el idioma de nuestro
país de origen, ya que no pensamos regresar. Con mayor razón, si pensamos
residir en este país, tenemos que educar a nuestros hijos a hablar nuestra
lengua materna. El idioma es la única arma en tiempos de paz. Es obvio que
enseñarles a nuestros hijos nuestro idioma será de una gran ayuda, no solo para
ellos, sino para la sociedad.”
De repente este extracto no tiene mucho interés si pensamos que ha sido
escrito no hace mucho, por alguien que vive en Japón con sus hijos en edad
escolar. Lo interesante es que esto fue escrito en 1,935 (hace 77 años), y lo
encontré en el libro celebratorio del Décimo Quinto Aniversario del Perú-
Nagoson-jinkai (algo así como Asociación Peruana de Nago). (Hoy en día es la
ciudad de Nago en la prefectura de Okinawa).
Aunque el extracto nos da la idea de que nuestros abuelos pasaron por
los mismos dilemas que nosotros pasamos hoy, al leer el artículo completo, nos
damos de cara con otra realidad. En 1,935, el Japón estaba en plan
expansionista, había tomado la Península de Corea, y parte de China
(Manchuria). El gobierno Japonés prestaba ayuda a sus inmigrantes en esos
países, a través de escuelas (en el Perú, llegó a haber 22 escuelas antes de la guerra, mientras que otros autores afirman que fueron 27 escuelas japonesa (ver página 45). Luego vendría la 2da Guerra Mundial, y las escuelas japonesas fueron
cerradas y expropiadas, al igual que la Colonia de Punizas (del cual no había
escuchado anteriormente hasta leer este artículo). Luego vendría la guerra, y
la historia cambiaría.
Pero, ¿que más dice el artículo?
He aquí un intento de traducción. Escribo “intento” porque ha sido mucho
más difícil de lo que pensaba. Los kanjis antiguos, la pronunciación antigua,
etc.
Observaciones de la Enseñanza del Idioma Japonés –
Opinión personal sobre la Educación de los Niseis
Por Gushiken Koho, Director de la Escuela Japonesa de
Educación Primaria de San Nicolás
¿Que hacer con la educación de la 2da generación (nisei)?
¿Enseñarles japonés? Al respecto, muchos especialistas ya han estado
investigando el problema que estamos viviendo. En la actualidad, las
autoridades en Educación están evaluando este problema, comparando la realidad
con lo investigado, y siento pena que todavía no se ha avanzado nada.
Para los que administramos escuelas japonesas fuera
del Japón, lo más difícil es trazar los objetivos a llegar. Creo que aquí está
el problema. Permítame expresar algunas impresiones acerca del problema de la educación
de la segunda generación, en base a mi experiencia.
Para un residente de cualquier país, la identidad
nacional es trasmitida en el idioma local. En cambio, para los que no están
viviendo en su país de origen, es evidente que no es posible esa identificación
sin tener ningún conflicto existencial, dependiendo de la capacidad personal de
cada individuo. Es por eso que
enseñarles japonés usando los textos que se usan allá no es lo ideal, y hasta
contradictorio.
El idioma expresa pensamientos, que luego se convierte
en voz, pero si decimos “mariposa” es muy posible que no se pueda formar una
imagen. Recientemente, hay muchas personas que hablan imitando el idioma
japonés, pero no se puede decir que lo entienden. Ese no es el objetivo de la
enseñanza del idioma, pero lamentablemente se está convirtiendo en eso.
Por otro lado, hay personas que piensan que como
japoneses es necesario cultivar los valores culturales, pero si viven en el
Perú no es necesario enseñarles el idioma Japonés, los niseis debería ir a una
escuela local; en las escuelas japonesas solo deberían enseñar los valores de
la cultura japonesa. Yo creo que esta es una gran equivocación, es como afirmar
que el ser humano es solo alma sin cuerpo.
Los valores de una cultura se transmiten a través del
idioma. Por ejemplo, si queremos escenificar los “41 ronin” o “Byakkotai”, es
casi imposible transmitir la nobleza de los personajes en el idioma occidental.
Por más traducción, palabra por palabra “Nippon”, “Samurai”, “Harakiri”, etc;
sería una escenificación sin espíritu, es por eso que si deseamos realmente
transmitir los valores un país, tenemos que hacerlo en ese idioma.
Ya ha pasado más de 3 décadas sus respectivos
inviernos, y el objetivo con el que vinimos se ha ido diluyendo; para muchos la
presión ha ido desapareciendo, viviendo más tranquilos. Lamentablemente, hay
muchos que piensan que ya no es necesario enseñar a nuestros hijos el idioma
Japonés, ya que no pensamos regresar. Con mayor razón, si pensamos residir en
este país, tenemos que educar a nuestros hijos a hablar nuestra lengua materna.
El idioma es la única arma en tiempos de paz. Es obvio que enseñarles a
nuestros hijos nuestro idioma será de una gran ayuda, no solo para ellos, sino
para la colonia Japonesa que ansiamos desarrollar. En el caso de Manchuria,
hasta los niños entonan el himno nacional. Recientemente, Noruega y Suecia se
independizaron por diferencia en el idioma, que se convirtió finalmente en un
gran conflicto. Hoy en día, queremos que progrese la Colonia de Punizas, y que
sirva como ejemplo de la Industria Japonesa, para ello, es necesario la
difusión detallada del idioma japonés, además de tomar el liderazgo, mostrando
nuestro orgullo. Rousseau dijo “Para aprender dos idiomas al mismo tiempo, es
necesario comparar ambos pensamientos”. Pero al comparar el idioma español y el
japonés, existe una diferencia abismal, es por eso que sería razonable
enseñarles como base el idioma Japonés, y después continuar con el idioma
Español.
En Enero del año pasado (Showa 10-1,935), el diario
Japonés Lima Nippo publicó la encuesta “¿Residencia permanente? ¿Regreso a
Japón? Educación de los niseis” que realizó con sus respetados lectores.
De 10 personas entrevistadas, hubieron 10 diferentes opiniones, tales
como “Ya decidimos residir en el Perú, y no regresar, y estamos preparándonos
para considerar estas arenales en nuestro hogar”, “No pensamos residir
permanentemente en este país, dependiendo de las circunstancias”, “Quisiera
educar a nuestros hijos en Japón”, “Trabajar aquí mientras se pueda, y luego
regresar al Japón a pasar nuestra vejez”, “Estudiar la primaria en Perú, la
secundaria en Japón”, etc.
¿Cómo terminará todo esto? Todavía tenemos un largo
camino por recorrer para lograr nuestros objetivos. Estamos ante un problema muy
importante que no debemos dejar de lado, autoridades, especialistas y padres.
Si no queremos cometer ningún error en la educación de nuestros hijos, tenemos
que considerar esto como un problema de alta prioridad.
Muchas gracias por tomarse la molestia de leerme.
RR
No hay comentarios:
Publicar un comentario