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lunes, 25 de mayo de 2015

El okaeshi

Para pensar: Okaeshi


       Para los que no hemos crecido en Japón, existe una costumbre difícil de explicar: el OKAESHI. La palabra okaeshi, proviene del verbo kaesu, que significa devolver.

       Cuando uno es invitado a un matrimonio, por ejemplo, asiste a la ceremonia o a la fiesta de celebración, llevando un obsequio, sea material o en efectivo. Sin embargo, los recién casados, devuelven el obsequio con otro, un Okaeshi.

        Al visitar a un amigo al hospital, uno lleva una pequeña ayuda económica para paliar los gastos que se puedan presentar intempestivamente. Sin embargo, la familia del hospitalizado, envía un obsequio luego, como Okaeshi.

       Yo te regalo, tú me devuelves. Difícil de entender y difícil de explicar. Algunos dicen que a los japoneses no les gustan tener deudas, que quieren estar en armonía con las personas a su alrededor, y muchas otras cosas más. El siguiente relato, me hizo pensar que en realidad, el okaeshi tuvo otro origen.
— ¿Te enteraste que Yamamoto-san tuvo un accidente? —me preguntó Julio.
— Sí, me enteré. Como no puedo ir a visitarlo al hospital, le pedí a Augusto que llevara por mí un sobre de omimae (御見舞え visita a enfermos) —respondí.
— ¿Al flaco Augusto? No has escuchado que pide plata a todo el mundo. Anda metido en el pachinko.
—No me digas, espero que no me la haga —dije, mientras rogaba por dentro que Augusto no se fuera a gastar el dinero.

     No vi al flaco Augusto por dos semanas. Ya me parecía sospechoso. Pero, todas mis sospechas se desvanecieron cuando llegó el OKAESHI a casa. Yamamoto-san salió del hospital, y nos envió el okaeshi respectivo.

      Ahora sí, entiendo la importancia del okaeshi.


     Muchas gracias por tomarse la molestia de leernos.

RR

sábado, 31 de mayo de 2014

LA OTRA MIGRACIÓN Y EL KARATE

Leyendo el blog “Jiritsu”, encontramos una entrada de la que habla acerca de la historia de los okinawenses en la zona de Kansai antes de la Segunda Guerra Mundial (LA "OTRA" MIGRACIÓN OKINAWENSE: (A PROPÓSITO DEL 115 ANIVERSARIODE LA PRIMERA LLEGADA DE JAPONESES AL PERÚ EN LA MODALIDAD POR CONTRATO DETRABAJO – 5 de abril de 2014).

Aquí un extracto de esa entrada:

“Pero, no solo la migración fue exclusivamente hacia el exterior; sino que también existió una migración dentro del mismo Japón, de la zona rural a la urbana, en busca de mejores oportunidades. Y esto fue lo que pasó con muchos okinawenses a inicios del siglo XX, quienes llegaron a Osaka, una ciudad conocida por albergar a muchas fábricas textiles, cuyos trabajadores- que mayormente eran mujeres- eran okinawenses, coreanos y campesinos japoneses.
Y como la historia siempre se repite, muchos habremos escuchado de la revolución industrial de inicios de siglo en Europa y los abusos que se cometían con sus trabajadores. Pues, casi lo mismo pasó con los trabajadores okinawenses, sobretodo entre las mujeres. (Recordando que el jornal es/estaba condicionado por la edad y género, es decir, resultaba más "económico" contratar a una mujer o, incluso, niña).
…..
Condiciones infrahumanas, largas jornadas de trabajo sin remuneración adicional e, incluso, discriminación. Tantos abusos que se han cometido y que, incluso, podemos escuchar en las noticias de nuestros días. Y esta "otra" inmigración okinawense, ¿ya la conocían?”


Y es justamente esta “otra migración” que hizo que el karate se expandiera por todo el mundo. Primero por todo el Japón, y luego al resto del mundo.
Hay dos historias, no muy comentadas,  referente al cómo el karate se hizo conocido fuera de su lugar de origen. Una de ellas saldrá publicada en la revista digital kantod.com próximamente. La otra es esta.


El karate se practica a través de diferentes estilos o escuelas. El karate más difundido hoy en día es la escuela Shotokan, fundada por Gichin Funakoshi. Otra de las escuelas difundida por todo el planeta es Uechi-ryu, fundado por Kanbun Uechi. (Hay decenas de páginas web con la historia de Kanbun Uechi). Kanbun Uechi nació en Izumi-Motobu en 1877, proveniente de una familia shizoku (samurái) quienes se dedicaban a la agricultura. Durante la era Meiji, el gobierno japonés desintegra la clase samurái, y muchas de estas familias empiezan con la agricultura. A los 20 años deja Okinawa, y en Fukien (China) perfecciona sus habilidades en artes marciales. Regresa a Okinawa en 1910, pero en el año 1924 se vio obligado a seguir la “otra” migración. Kanbun Uechi fue a trabajar a la fábrica textil Hinomaru Sangyo KK en Wakayama, prefectura vecina a Osaka, dejando a su familia en Okinawa y hospedándose en los dormitorios (/ryou) de dicha empresa.
Tal como menciona Jiritsu, la vida en dichas fábricas era dura, no solo las largas horas de trabajo, sino también el trato que recibían dentro de ella. Y fuera de ella también. Los okinawenses eran hostigados por grupos mafiosos quienes constantemente los asaltaban. Uno de estos grupos fue identificado como “waboudan” (1), aliados de los contratistas de las fábricas textiles, quienes cobraban comisiones por cada trabajador. Los okinawenses quienes conseguían entrar directamente a las fábricas, significaban menos ingreso para ellos.
Los uchinanchus tenían que salir en grupo para evitar los ataques, y algunos jóvenes, en lugar de amilanarse, se enfrentaban, terminando en una verdadera batalla campal. Aquí es donde empieza una de las leyendas urbanas sobre el karate okinawense.

La siguiente historia es la versión de un sensei de Uechi-ryu quien sobrevivió la guerra en Okinawa. En una de las batallas campales, Kanbun Uechi hizo frente a casi varias decenas de agresores quienes portaban palos y cadenas. Kanbun Uechi, en vez de salir a un campo abierto tal y como se ven en las películas de Kung-Fu, se ubicó en la oscura y estrecha entrada del dormitorio (2), solo era posible ser atacado por una persona al frente, y otra por detrás a la vez. El estilo Uechi-ryu es conocido por fortalecer el cuerpo como una piedra, resistir los más severos golpes, siendo sus golpes de corto alcance pero eficaces. Las cadenas y palos resultaron inservibles pues no había suficiente espacio para usarlos efectivamente. Apenas un agresor entraba al dormitorio, era derribado por un potente ataque de Kanbun. Mientras otros agresores ingresaban por la parte posterior del dormitorio, Kanbun ya había noqueado a unos cuantos. Los demás agresores nunca pudieron ver como sus compañeros fueron derribados, por lo que optaron por retirarse. Kanbun Uechi se había enfrentado a un gran número de agresores, y los había derrotado.

Esta historia se propagó por toda la zona, y los uchinanchus empezaron a ser respetados. La asociación de uchinanchus pidió a Kanbun Uechi y Chomo Motobu (hijo del fundador de Motobu-ryu, otro de los estilos/escuelas de karate, quien también se encontraba en la prefectura de Wakayama gracias a la “otra” migración) que negociaran con los maleantes, y les enseñaran karate. Los acosos terminaron y Kanbun Uechi empezó a enseñar karate sólo a un reducido grupo dentro del pequeño cuarto del ryou. La “Enciclopedia de Karate y Kobudo Okinawense” cuenta que Ryuyuu Tomoyose, el primer alumno de Kanbun Uechi, recolectó 150 yenes de 30 estudiantes que querían aprender karate y pagaron por adelantado (en aquella época el sueldo de un profesor principiante era de solo 35 yenes, la de un director de escuela era de 165 yenes, mientras que una cena en un restaurante de lujo costaba un yen). Kanbun Uechi rechazó el dinero, pero abrió la primera escuela de Uechi-ryu dentro de las instalaciones de la fábrica textil.

Muchas gracias por leernos.

RR

(1)  La “Enciclopedia de Karate y Kobudo Okinawense” (沖縄空手古武道事典/Okinawa Karate-Kobudo jiten) se refiere al grupo “waboudan” como “和防団”, pero otras fuentes se refieren a “和紡団”. Personalmente, creo que se escribe como la segunda opción.

(2)  El sensei de Uechi-ryu me explicaría después que muchas de las técnicas de karate han sido desarrolladas para pelear en la oscuridad, arrastrando los pies sin hacer ruido. Era común que los ataques en la antigüedad eran por las noches, y las superficies planas prácticamente no existían. 

lunes, 13 de enero de 2014

Nadie es perfecto...

Para lograr esta perfecta presentación, alrededor de 80 alumnos de la Universidad de Educación Física de Jápon practicaron durante 6 meses, 3 veces a la semana por 2 horas, además de 4 concentraciones de 1 semana cada una donde practicaron 8 horas diarias. La perfección tarda pero llega.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Diálogos con mi Maestro: OMOIYARI (思いやり)

Un reciente diálogo con mi maestro de artes marciales y yo.

Al terminar la práctica del día, mi maestro dice:
-    Hoy has estado distraído. ¿En qué has estado pensando?
Ah… este… bueno… en muchas cosas que no tienen relación con lo que practicamos contesto algo sorprendido.
-    Si te puedo ayudar en algo, me encantaría…
-    Tal vez me pueda ayudar. Estuve conversando con unos amigos del por qué jóvenes de nuestro alrededor están abandonando los estudios; los padres se esfuerzan mucho para enviarlos a la secundaria superior, y muchos simplemente abandonan los estudios.

Unos días atrás, un amigo de la familia comentaba que su hijo se negaba a seguir estudiando, a pesar de que nunca tuvo problemas de rendimiento ni de hostigamiento, ni en la primaria ni en la secundaria.

-    ¿Qué pasaría si siempre te quejas de este dojo y traes a tus hijos a practicar? - añadió el maestro.
-    Si me quejaría de este dojo, simplemente no vendría, y nos los traería tampoco.
-    ¿Y qué pasaría si tuvieras que enviarlos obligatoriamente? -insistió.
-    No tendría otra opción, y los enviaría.
-    ¿Y tú crees que tus hijos continuarían o dejarían el dojo?
-    O se aburrirían, o se revelarían, pero tarde o temprano dejarían de venir.
-    ¿Ahora entiendes lo que te quiero decir?

Pensé: “Si me quejo del dojo, mis hijos observarán que el venir no tiene importancia; si queremos que nuestros hijos continúen con sus estudios, deberíamos mostrarles la importancia de asistir a la escuela”.

-        Tal vez… ¿Me quiere decir que el problema no está en los hijos, sino en los padres? - pregunté.
-      Efectivamente. Si nuestros hijos están siempre observando que no estamos conformes con algo, terminarán en contra de eso.
-      Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿No quejarnos?
-      Primero, no criticar delante de los hijos y dejarlos que ellos se formen su propia opinión. Y segundo, antes de criticar, debemos de tratar de entender el por qué de las cosas, viendo las cosas desde el punto de vista del otro. A eso le llamamos OMOIYARI —思いやり—consideración, empatía.
-      Gracias Maestro. La lección de hoy ha sido muy valiosa.

Muchas gracias por tomarse la molestia de leernos.

RR


 Artículo publicado en Kantod.com el 9 de octubre de 2013.

miércoles, 21 de agosto de 2013

OBÓN – Un verdadero champurú

OBÓN – Un verdadero champurú






Al llegar en esta época del año, los descendientes de okinawenses estamos involucrados en la celebración del obón, al propio estilo uchinaanchú. Sin embargo, muy poco sabía de qué se trataba.

Por mi lado paterno, la familia tuvo el butsudán desde que tengo uso de razón, pues mi oji (abuelo) falleció cuando yo tenía casi 2 años. Por mi lado materno, empezaron a llevar el butsudán cuando tenía 13 años. Lo único que sabía en ese entonces, es que durante el obón, los familiares fallecidos vienen del más allá a visitarnos, se quedan con nosotros unos días, y después regresan al lugar de donde vinieron, llevándose agua, comida, etc.

Mientras una obá (abuela) hablaba de obón, la otra hablaba de tanabata. A veces me decían que haga uutotó en el butsudán, otras veces en el tootomé. A veces ofrendábamos un solo osenko (incienso), otras veces tres. También escuchaba “Vamos a hacer el ukui” mientras que otras veces escuchaba “uusandé”. Lo que sí era el común denominador era la comida que se ofrendaba, caña de azúcar, y que se reunía toda la familia esos días.

Según Munetaka Ganaja, investigador en temas referentes a Okinawa, el obón es “la festividad religiosa más importante del Japón en la cual se honra al espíritu de los ancestros. Esta costumbre de origen budista se ha convertido en parte de la cultura japonesa". Agrega que "Originalmente se celebraba el 15 de julio del calendario lunar chino pero que desde la época Meiji se oficializó que fuese el 15 de agosto del calendario gregoriano para no interrumpir con las faenas agrícolas que todavía se realizan durante el mes de julio occidental. Tradicionalmente, las festividades del Obón no se limitaban a la fecha central sino del día 13 al 16 de julio. Actualmente, se celebra entre el 13 y 16 de agosto. Aunque no es un feriado oficial, las empresas conceden en estos días, vacaciones a todos sus empleados para que puedan participar de estas celebraciones.”
“En Okinawa, algunas regiones del Japón, y en el resto de Asia, el obón se sigue celebrando el 15 de julio del calendario lunar chino, que este año cae 21 de agosto.”
“Es decir que para el resto del Japón, el obón ya terminó pero para los uchinaanchu la fiesta recién comienza el lunes 19 de agosto. Las celebraciones japonesas por Obón son mucho más sencillas que las de Okinawa pero varían mucho de pueblo en pueblo.  Estas diferencias regionales son más importantes que las costumbres impuestas por las doctrinas budistas de la familia. Es durante las celebraciones de Obón que se realizan los bailes de Bon Odori para dar la bienvenida y agasajar a los ancestros. Son muy famosos el Awa Odori de Tokushima-Ken y el Eisa Odori de Okinawa, pero cada región tiene sus propios bailes.”

Por otro lado, Fernando Nakasone, embajador de buena voluntad de la prefectura de Okinawa, nos explica en su blog que el obón en Okinawa empieza el 7 de Julio del calendario lunar, día en que los familiares van al cementerio familiar a hacer limpieza, cambiar las flores y ofrendar té e incienso, para luego proceder a invitar los difuntos a que vayan a la casa.
El 7 de Julio del calendario lunar es también el día de Tanabata, razón por la cual, muchos se refieren como Tanabata como el inicio del obón.


Hoy, 21 de agosto de 2,013, es el último día del obón en Okinawa, el cual es llamado ukui. Significa que nuestros antepasados están con nuestros familiares celebrando. Lamentablemente, no puedo estar físicamente con Uds., los que vienen del más allá y con los familiares que están al otro lado del mundo. Pero no importa. Quiero que sepan que estoy con ustedes, y que pueden contar conmigo en cualquier momento. Y creo que ese es el verdadero significado de esta celebración, más que venerar a los antepasados, es mantener unida a la familia.

Y no se olviden lo que aconsejaba oba. Cuando salgan a botar los restos del butsudán, no debemos mirar hacia atrás (Ver "Apellidos de Okinawa 2da. parte").

Muchas gracias por tomarse la molestia de leernos.

RR







viernes, 28 de junio de 2013

Diálogos con mi Maestro - MEJORANDO

Un reciente diálogo con mi maestro de artes marciales (MA) y yo.


MA:    Últimamente no me has comentado nada. ¿En qué andas pensando?
YO:    Eh.… justo estaba pensando en preguntarle algo
MA:    Pregunta con confianza
YO:    Ya le había preguntado antes de cómo podría MEJORAR o progresar más rápido, no sé si es impresión mía, pero creo que hay algo que funciona
MA:    ¿Y qué es eso?
YO:    Desde hace unas semanas atrás, Ud. me ha pedido que le ayude haciendo los ejercicios de calentamiento, o enseñando algunas técnicas a los principiantes (en realidad dentro de mi pensaba: “Que flojo!, quiere que trabaje por él”)
MA:    Así es. Entonces ya no quieres guiar los ejercicios de calentamiento ni enseñar a los principiantes…
YO:    No! Al contrario! Me he dado cuenta que cuando estoy delante de todos, guiando los ejercicios, tengo que demostrar que soy bueno y puedo, así que cada vez me siento más flexible, que puedo estirarme más, y cuando veo que otro alumno puede hacerlo mejor que yo, yo que estoy al frente de todos, tengo que mostrar lo mejor que puedo dar, así que en casa, también practico para no quedar mal.
MA:    Qué bueno que te hayas dado cuenta. Eso mismo pasa cuando hacemos exhibiciones.
YO:    ¿También?
MA:    ¿Por qué crees que aquí en Japón, casi todas las academias, de danza, música, etc. realizan exhibiciones? ¿Para satisfacer el ego solamente? Me sorprende que no lo hayas notado…
YO:    La verdad que no (dentro de mí, pensaba que era otra parte del negocio…)
MA:    El ser humano siempre tiene necesidad de ser reconocido. Al estar al frente de tantas personas, ser visto mientras uno mismo está nervioso, y luego ser ovacionado, aunque no creas, fortalece la autoestima y la confianza en sí mismo.

Muchas gracias por tomarse la molestia de leernos.


RR