sábado, 17 de marzo de 2012

Bienvenidos! - いらっしゃいませ!


Bienvenidos! - いらっしゃいませ!

Quiero empezar este blog, comentando sobre la bienvenida que todos recibimos cuando entramos a alguna tienda en Japón. De paso, también quisiera darles la bienvenida a este blog, no prometo escribir cosas interesantes para todos, eso sería imposible; solo quiero escribir sobre temas de interés personal, algunos temas serán aburridos, otros controversiales. Después de todo, nombre de este blog es “Con Dios y con el Diablo”.

Apenas alguién pisa una tienda en Japón, por ejemplo los populares “kombinis”, es recibido por un sonoro “Irash-shaimasé” cuyo significado es “bienvenidos” – algunas veces pronunciado con energía, otras con desgano, depende de como amenecieron los empleados, o si se trata de un estudiante que hace un trabajo a tiempo parcial. A veces ni siquiera nos damos cuenta de quién es la persona que nos está dando la bienvenida, pues el empleado(a) muchas veces está haciendo otra labor al mismo tiempo. La primera reacción de una persona que viene del extranjero al escuchar esta palabra es “Que me estarán diciendo?”. Luego de la explicación del significado, es natural pensar “que educados que son los japoneses!”. Hasta aquí llegamos a pensar los mortales comunes.

Pero, según un programa de TV japonés (que los hay de todo tipo, y que será algún día tema para este blog), este “ritual” de bienvenida no empezó como muestra de agradecimiento a los que apenas pisaban el negocio.

Japón fué un país muy pobre, y probablemente el boom económico empezó alrededor de la década de los 60s. Este programa de TV tampoco informó cuando, (y tampoco me he tomado la molestia de preguntar al Dr. Google), pero el problema de robo de mercadería era muy común (hoy llamado mambiki-万引き). Los ladrones, haciéndose pasar por clientes, entraban a las tiendas, miraban, tocaban, escondían la mercadería, seguían mirando, y salían de la tienda sin pagar. En esos tiempos, la gran mayoría de las tiendas eran concurridas por personas de la zona, y definitivamente todas las caras eran familiares; pero aún así, seguian los robos.

Alguién, muy observador por supuesto, se dió cuenta de que la persona que tiene intenciones de robar, por razones obvias no quiere ser visto directamente, y si es visto, actúa como si fuera a comprar, y al final desiste del robo. Así es como nace esta famosa bienvenida. Apenas una persona entra al local es recibido por un saludo de bienvenida. Para el cliente que viene a comprar es eso. Para el ladrón, es una advertencia de que “ya te estoy viendo”, y muchas veces desiste en el delito.

Esta misma estrategia se usa en los bancos. Cuando uno entra a un banco japonés, un empleado del banco se acerca y le pregunta cuál es el trámite que ha venido a hacer. Esta persona muy amablemente nos indica a que ventanilla ir, que formularios llenar, etc. Antes de robar un banco, el ladrón va a estudiar cómo va a hacer el atraco, por donde entrar, por donde salir, a quién amenazar, etc. y tiene que entrar al banco a analizar la situación. Apenas entra al banco, es recibido por una amable persona que le pregunta en que puede ayudarlo. Al ladrón no le queda más que hacer preguntas intrascendentes e irse. Esta técnica fué usada en Inglaterra en los años 80s, y el robo de bancos se redució considerablemente.

La próxima vez que vaya a un kombini o un banco, agradezca la bienvenida, a fin de cuentas, todas las personas que leen este blog son personas honradas.