Conversando
con mi abuela (OBA) cuando tenía, tal vez, 6 años.
YO : Oba, ¿y donde está tu mamá?
OBA : Mi mamá ya murió. Ella murió cuando yo era chica.
YO : Ah...y entonces, ¿Quien te cuidaba de chica?
OBA : Mi hermana mayor. Ella era como 10 años mayor que yo, y fue como mi
mamá.
YO : ¿Y ella donde está?
OBA : En Okinawa. Su esposo y su hijo murieron en la guerra. Vive sola,
pero ella es bien fuerte, nos crió a todos los hermanos solita.
YO : ¿Y algún día la conoceré?
OBA : Ya te ha dicho tu Oji (abuelo) que tú siempre sales con la tuya, si
tu quieres conocerla, la conocerás.
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Octubre
1,992. La hermana mayor de mi Oba, llamémosla la tía, cumplía 97 años de edad.
Por casualidad, o ahora que lo pienso mejor, por gracia divina, mi madre se
encontraba en Okinawa. Toda la familia se encontraba haciendo los preparativos
para la fiesta del nonagésimo séptimo cumpleaños; y por lo que me contaba mi
madre, la fiesta iba a ser a todo dar.
Dentro
de la tradición Okinawense, la celebración de los 13, 25, 37, 49, 61, 73, 85 y
97 años son especiales. Al igual que el horóscopo (tanto el Oriental como el
Occidental) que contiene 12 signos/símbolos, la celebración de los cumpleaños
es en base a un ciclo de 12 años. Estos cumpleaños son llamados トゥシビー/Tushibii, en japonés 年日, la persona que esta en su “año” y en las
celebraciones se le augura buena salud y mucha suerte.
La
celebración de los 97 años se celebra el 7 de setiembre (Noveno mes séptimo día
- 9月7日- 97) del antiguo calendario
(calendario lunar). Esta celebración es conocida como
KAJIMAYA-ヤジマヤ―, escribiéndose
en japonés 風車-kazaguruma y significa “Molino de viento”. El molino de viento
representa un juguete, se dice que la persona vuelve a renacer volviendo a ser
niño. Como parte de la celebración, la agasajada es llevada en un “corso” en un
auto abierto (camionetas en muchos casos) por las calles del vecindario, y
todos los vecinos salen a felicitar al cumpleañero.
Mi
madre me insinuó que debería estar presente en aquella celebración, al cual
acepté sin la menor duda. Estar presente en un Kajimaya- sería una experiencia
nueva. Cuando llegué a la fiesta, me dijeron que tenía que hablar, dar unas
palabras en honor de la agasajada, la tía. Cuando miré hacia arriba buscando
algún pretexto, me dijeron que sabían que yo venía desde el otro lado del
mundo, por lo que me perdonarían cualquier falta que tuviese. Ya estaba allí,
así que lo mejor era tomar alguna medida para esta situación de emergencia, me
tomé un vaso de awamori, el licor de Okinawa. Inmediatamente, me dieron hasta
ganas de bailar el “kachashi” pero me tuve que contener, ya que todavía no era
el momento. Era el momento de hablar. Si no me equivoco, dije algo así como:
“Buenas
noches a todos. Es para mi un honor estar en este lugar para celebrar los 97
años de la tía. Mi oba ya me había hablado de la tía, de lo fuerte que era y
que mi Oba la consideraba, más que un hermana, su madre. Y ahora que mi madre
se encuentra en Okinawa, mi madre me cuenta que conocer a la tía, fue como
conocer a su abuela. La gran mayoría de los niseis, los hijos de los Japoneses
que salieron fuera del Japón a buscar un futuro mejor, no conocieron a sus
abuelos, pues sus abuelos se quedaron aquí. Los niseis solo conocen el amor de
sus padres, pero no de sus abuelos. Yo como sansei, si tuve la suerte de
conocer a mis abuelos. Es por eso que, veo que mi madre
está doblemente contenta, por conocer a su tía, y conocer a su abuela”.
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En
enero de 2,007, soñé que mi Oba me preguntaba cuando iba a regresar, lo que me
hizo recordar una de las últimas conversaciones que tuvimos:
YO : Oba, me voy a Japón a trabajar. Cuídate mucho.
OBA : Cuídate tu también. Allá hace mucho frío, no como Uchina.
YO : No se preocupe, solo va ser por 2 años.
OBA : ¿2 años? Tu ya no regresar.
YO : ¿Por que?
OBA : Porque cuando nosotros viniendo, también pensó solo unos años nomas.
Después guerra empezó, tu tía, tu mamá, fueron colegio nacional, no queriendo
aprender japonés, así que quedo nomas. Tu ya queda allá seguro.
YO : ...(Los años de experiencia de mi Oba fueron los que
hablaron.
Me quedé sin habla.)
Tres
meses después, en abril de ese año, volví a tener el mismo sueño. Mi Oba
permanecía en cama, ya no podía caminar, así que decidimos viajar a ver a mi
Oba. Arreglamos los pasajes, los permisos en el trabajo, etc. Llegamos en los
primeros días del mes de julio. Mi Oba se fue al cielo 6 días antes de que
llegáramos.
Muchas Gracias por tomarse la molestia de leerme.
RR
Gracias por compartir tu experiencia, mi ojichan también me comentó sobre el kajimaya.
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