Creo que muchos hemos
pasado por la misma experiencia. Llegamos a Japón cuando a Sudamérica andaba
mal: hiperinflación de Brasil, Argentina y Perú, terrorismo y guerrillas,
corrupción, etc.
Japón “abría sus
puertas” a sus descendientes a fines de los 80s; época en que la burbuja
económica japonesa estaba en plena efervescencia. Para todos los visitantes en
aquella época, Japón era el “país de los sueños”, el modelo perfecto.
Sorprendía la limpieza de las calles, la puntualidad de los trenes, la
tecnología de los artefactos eléctricos, y sobretodo, la gran cantidad de
trabajo que había en ese entonces.
Hoy en día, si bien es
cierto, Japón todavía tiene sorpresas, las diferencias con otros países se han
acortado considerablemente, los artefactos eléctricos de tecnología de punta no
se producen más en Japón, los trenes y subterráneos puntuales se ven en otras
ciudades, etc.
La pregunta que todos
nos hacíamos en ese entonces era ¿Por qué los japoneses pudieron llegar a donde
llegaron?
En casi todas las
reuniones escuchaba conversaciones sobre este tema y habían muchas debates y
hasta acaloradas discusiones: la educación, la honestidad, la compleja religión
de los japoneses, la histórica sociedad vertical a la que estuvieron sometidos
durante siglos, etc. No es mi intención volver a hablar sobre este tema, pues
nunca terminaríamos. Lo que quiero destacar en este post, es algo que todavía
me sorprende del pueblo japonés.
Cada vez que veo un
sembrío de girasoles, veo reflejado a los japoneses. ¿Uds. lo ven?
Después de algún tiempo
de trabajar en Japón, algo que me parece muy peculiar es que en toda
organización o grupo de japoneses (sea empresa, colegio, club deportivo y hasta
organizaciones vecinales), “el 20% toma la decisión, el 80% la acepta, y todos miran
al mismo lugar”, tal como los girasoles. En otros países, creo que ocurre lo
contrario, mientras el 80% se pelea por tener el liderazgo, el 20% no sabe qué
hacer, al final, nadie sabe a donde ir. El 80%-20% me parece que viene del
“Principio de Pareto”.
Hasta hace 10 años, el
modelo japonés era sinónimo de efectividad y eficiencia; hoy en día ha perdido
competitividad ante los chinos, coreanos, etc. lo que significa que algo está
fallando en el modelo japonés. Cuando la decisión es la correcta, y todos miran
hacia el mismo objetivo, todo el grupo avanza velozmente; sin embargo, cuando
la decisión tomada no es la apropiada, todos van por el camino equivocado ciegamente,
y son muy pocos los que se preguntan hacia donde van.
Personalmente, me
identifico como el girasol en la foto de abajo; siempre mirando hacia otro lado, pensando diferente, pero al final, arrasado por la mayoría.
Muchas gracias por tomarse la molestia de leerme.
RR
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